En el cénit del verano el SOL nos hace sentir especialmente su fuerza y las noches veraniegas nos dan un respiro y nos permiten disfrutar del cielo nocturno, a veces tan olvidado durante el invierno «urbanita»
Es fácil imaginar que, en otros tiempos, la presencia de los astros debía ser imponente, aunque más cotidiano y palpable que para nosotros, con luz eléctrica, aire acondicionado y calefacción, calendarios, relojes…
Les recomiendo este enlace con un texto divulgativo del Museo Arqueológico de Madrid, basado en una cerámica de la Cultura de Los Millares y en el que se alude a la decoración con símbolos solares, como referencia común en las civilizaciones postglaciares europeas.
Haz clic para acceder a MAN-Pieza-mes-2006-01-Cuenco-Millares.pdf
Seguro que en verano alguna vez han tenido un sentimiento atávico de vinculación con el Universo ese algo ineludible que nos une con nuestros ancestros: Noche de San Juan, Lluvia de Estrellas, Fiestas de San Lorenzo … luna, sol, estrellas, fuego, agua.